De tiempo en tiempo rondan en nuestra mente interrogantes sobre el porqué de nuestro canto. La respuesta inmediata, constante e inmodificable suele ser que "es para eso que vinimos al mundo... esa la misión de nuestras vidas, la razón de nuestra existencia".
La situación se complica aún más cuando caemos en cuenta que, lo que cantamos, no sólo es la interpretación de inspiraciones ajenas sino que viene desde nosotros.
El recital, el concierto, la presentación suelen ser los ámbitos en los que confesamos frente a la gente lo que nos pasa, lo que pensamos, nuestros sueños, romances, compromisos con la gente, frustraciones... y solemos quedar vacíos, vulnerables, impotentes ante tanta sensibilidad desatada.
Por esta razon, después de un agitado inicio de año, nos damos una pausa... sólo una pausa, para mirarnos el alma, fortalecernos en espíritu y.... seguir caminando.
