lunes, 9 de junio de 2008

César Brie: Sucre, capital del racismo

El 24 de mayo en Sucre quedará como un capí­tulo más de la historia universal de la infamia. Un grupo de campesinos vejados a chicotazos y patadas, obligados a marchar semidesnudos hasta la plaza 25 de Mayo, a arrodillarse frente a la Casa de la Libertad, a besar el suelo, la bandera de la capital ­a plena, a cantar el himno a Chuquisaca y quemar ellos mismos sus whipalas y pancartas. Pude filmar este espanto y cualquiera puede encontrarlo en you tube en el sitio http://www.youtube.com/watch?v=J2s15Mjgn9oNo tuve la frialdad para quedarme en la plaza y seguir filmando a los responsables, la mayorí­a con pasamontañas que les cubrí­an el rostro. Solo reconocí a uno de los exaltados, que luego de haberlos correteado se estrechó la mano con personeros de la alcaldí­a en la puerta de la misma y se fue en una moto que allí­ tení­a parqueada. Muchas personas, testigos de la vejación, alzaron la voz pidiendo que los campesinos no sean golpeados. Oí­ un inefable: ¡No les peguen, sino van a decir que somos racistas! Como si el racismo dependiera de la paliza final y no del secuestro y humillación recibidos.Al dí­a siguiente entrevisté a campesinos que fueron rehenes en la plaza y a otros maltratados y vejados en diferentes lugares de Sucre. Filmé el relato atroz de lo que pasaron, las cortaduras y marcas provocadas por las agresiones. Supe de dos violaciones por un testimonio ocular agravadas por la decisión de las mujeres violadas de no decir nada para no deshonrar a sus maridos. Filmé los piedrazos, las huellas de patadas en la puerta, los vidrios rotos y las marcas de la dinamita arrojada dentro de la casa de Wilber Flores, diputado del MAS que el 10 de abril pasado, fue perseguido desde la Alcaldí­a, golpeado y torturado dentro de un albergue en el cual trató de refugiarse. Flores estaba en el Abra en el momento del ataque a su casa, donde su mujer y su hija debieron huir cerro arriba para no ser linchadas.En Gigavisión los bolivianos pudieron ver a Fidel Herrera (uno de los miembros del Comité Interinstitucional) aplaudiendo a la turba que arrastraba a los campesinos. Luego, este señor pidió disculpas (¿de haberlo organizado, de haberlo aplaudido, o de ambas cosas?) y a última hora del 26 de mayo, se retractó declarando que toda esta agresión había sido realizada por infiltrados del gobierno. Esta última versión es recogida por el Correo del Sur, periódico parcializado completamente con las opciones de la derecha y que merece el graffitti escrito en una pared de Sucre: "Las paredes callarán, cuando la prensa diga la verdad".Que el Comité acuse, en este caso, al gobierno por los hechos de violencia que anunció y desencadenó finalmente, es ridí­culo. Desde noviembre Sucre está gobernada de hecho por el Comité Interinstitucional cuyos representantes (la mayorí­a polí­ticos derrotados en las urnas) deciden todo en nuestra ciudad. Muchos de nosotros, que no somos ni simpatizantes del Comité ni miembros del MAS, hemos optado en estos meses por trabajar en silencio para evitar que nuestras opiniones crí­ticas terminaran con una agresión a nuestras personas o a nuestras familias y casas. Pero la infamia del 24 de Mayo ha sido la gota que ha rebalsado el vaso. Nos hemos mirado a la cara y hemos decidido que era hora no ya de comunicarnos via Internet nuestras impresiones sino de declararlas a riesgo de ser linchados por alguna de las bandas fascistas que el Comité Interinstitucional ha promovido. Nos manifestaremos por la paz y el diálogo, de todas las formas posibles, seremos nosotros los periodistas que recogerán los testimonios que la prensa de Sucre, con pocas excepciones no quiere recoger. Nuestra ciudad debe volver a ser lo suficientemente grande para albergar opiniones diferentes que diriman en modo democrático, con el voto de los ciudadanos sus diferencias.El gobierno no ha comprendido que el fascismo, para triunfar, debe volverse popular. El caldo de cultivo de los grupos fascistas ha sido siempre la clase media. Los errores del gobierno y su escasa vocación democrática han colaborado a popularizar este fascismo. No debe olvidarse que el racismo nunca desapareció de Sucre. Subsistió velado por los buenos modales y un mí­nimo de hipócrita barniz cultural. En los cafés de la plaza de Sucre y alrededores, no entraban los indios, y si entraban, eran invitados a marcharse. Con el triunfo de Evo Morales y la instalació de la Asamblea, la clase media comenzó a resignarse a convivir con los indí­genas, pero el cariz de los hechos que llevaron a noviembre retrasó el estado de las cosas hasta que la agresión del 24 de mayo nos hizo precipitar a los humillantes escarmientos de la Colonia. Quienes maltrataron a los indí­genas el 24 de Mayo tienen la misma piel morena, hablan algo de quechua pero visten diferente. Ese es un axioma del racista: parecerse demasiado al objeto de su odio y por lo tanto ensañarse con el otro para ignorar la parte de sí­ que le asemeja.La Prefectura de Chuquisaca, fue ganada por el MAS con los votos del campo, dado que la ciudad votaba mayoritariamente por la derecha. Pero la sede de la Prefectura está en la ciudad de Sucre, y a la clase media de Sucre le resultaba intolerable que el partido "del indio" los gobernara. Un intelectual me dijo en la Plaza, que la culpa de todo esto era de "ese indio" resentido que nos gobierna. Antes viví­amos en paz".Pienso que esa paz en la que este intelectual ha vivido toda su vida ha sido en realidad la paz de la sumisión, ideal para quien somete, aceptable para quien no la sufre y se beneficia indirectamente de ella (las clases medias) pero atroz y degradante para los sometidos, los indí­genas.César Brie(Si estas opiniones provocan algún tipo de agresión, ruego a los posibles agresores ensañarse directamente con el interesado y no con el Teatro que dirijo ni con mi familia, que no son responsables y ni siquiera comparten mis opiniones).

Extraido de: http://mundodeteatro.blogspot.com/2008/05/csar-brie-sucre-capital-del-racismo.html

martes, 3 de junio de 2008

24 de mayo: Verguenza Nacional




Manifiesto de repudio a los hechos ocurridos el 24 de mayo 2008
Mariposa Monarca


Hermanos/as sucrenses la violencia y el racismo están siendo extendidos en nuestra ciudad y país, la imposibilidad de aceptar visiones de existencia distintas, convicciones diversas e incluso cosmovisiones disímiles desata en Sucre el 24 de mayo la vergüenza nacional más innegable al haber sido ultrajados los derechos humanos de los indígenas infravalorándolos como seres a los que se puede humillar y maltratar de forma totalmente aberrante e inaceptable.

El fenómeno psico-social de contagio y de hipnosis colectiva en Sucre repercute a nivel macro en la desestabilidad y terror de la que la ciudad esta siendo fruto mucho antes de lo acontecido en noviembre del 2007. Esta ola de vejámenes esta siendo alentada explícitamente por los grupos de choque que se han formado a partir de la juventud cruceñista, la falange y el comité interinstitucional; que autorizan matar civilmente a la gente que tildan de traidora según sus conveniencias, ultrajar violentamente a indígenas, desalojar y agraviar a policías y de esta forma desproveer a Sucre del resguardo de “paz” del que antes se jactaba la ciudad.

Detrás de las blancas capas de pintura que cubren a la culta Charcas se esboza una densa viscosidad negra de exacerbada intolerancia y de violencia apremiante que puede ser nombrada abiertamente como fascista: que produce una extrema represión a lo que considera bajo e indigno, la sangre sucia, la escoria social, el linaje inculto que avergüenza a la “nobleza aria” que habita en los jardines que entornan el simulacro de torre Eiffel; es impactante y totalmente infundado poder sostener tales ideas megalomaniacas y excluyentes sabiendo que lo mestizo es condición de existencia de la mayoría de la población boliviana, el orgullo boliviano más bien debería nutrirse en el importante significado universal ser hijo/a ancestral del Incario y de tener la posibilidad en esta nueva era de ser protagonistas de la transformación mundial no tan solo política sino holística.

Rechazamos rotundamente los agravios acaecidos contra nuestros hermanos/as campesinos y pedimos justicia no solo ante el respaldo de la ley sino ante la vida misma que es veedora de toda la sangre externa e interna que corre por causa del racismo, la xenofobia y la discriminación incontrolable que habita en nuestra Sucre, de la cual aún quisiéramos sentirnos orgullosos/as