Hace buen tiempo que -por cuestiones de vejez nuestra- no asistimos a una presentación de Quimbando. Es que los tiempos cambian. Hace unos años los conciertos eran en horario "decente" y ahora una leve brisa afecta nuestro avenjentado cuerpo... y los conciertos de hoy suelen ser en trasnoche.
Para nosotros se ha establecido una especie aislamiento. . . de silencio. Por suerte el silencio no es vacío. Y Quimbando está cada vez mas grande, mas maduro.
Nosotros tuvimos el privilegio de ver su nacimiento, sus primeros pasos; sus primeros versos fueron como la voz de un hijo que dice sus primeras palabras. Los vimos caer y levantarse.
Esta lágrima seca en mi mejilla es la constancia de la emosión que causan sus canciones. El "Rapaz" en la voz de Arpad es la reafirmación del nuevo tiempo que se abre paso. Se vienen los "Quimbas" . . . y se vienen bien; nuevas palabras para hablar de la vida, nuevas melodías para seguir amándola.
1 comentario:
Creo que nadie duda la grandeza de este trío maravilloso, de este orgullo cochabambino. Chicos estamos hambrientos del tercer disco, para cuando pes!!!
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